domingo, 25 de mayo de 2008

A vuelta con las necesidades


Hace poco tiempo, en un seminario que impartía con técnicos juventud de municipios pequeños demandé qué criterio siguen ellos para decidir qué tipo de actividades organizan para sus usuarios. Hacía tiempo que no escuchaba el discurso de las "necesidades" como motor de la acción. El técnico, mediante unos instrumentos casi artesanales y dirigiéndose al colectivo objeto de su trabajo realizaba encuenstas, entrevistas y sondeos mediante los que los interesados lo expresaban de forma abierta y participativa. Los técnicos igualmente presentaban como un logro el hecho que los políticos de turno se interesen por las necesidades de los ciudadanos como punto de partida para la intervención.Y es que todo esto da que reflexionar porque una buena parte de la intervención socio comunitaria, a mi juicio, peca de un punto de partida erróneo. En primer lugar porque considera que la expresión de las necesidades - sentidas- es el detonante último que da argumentos al técnico para decidir orientar su acción en un sentido o en otro. pero claro ¿necesidad expresada es lo mismo que necesidad sentida? ¿necesidad es falta de algo o es simplemente expresión de interés? Si partimos de la definición de necesidad que nos proporciona la Real Academia Española, en sus dos primeras acepciones(Del lat. necessĭtas, -ātis). 1. f. Impulso irresistible que hace que las causas obren infaliblemente en cierto sentido.2. f. Aquello a lo cual es imposible sustraerse, faltar o resistir

En el ámbito de la dinamización socio comunitario resulta realmente peligroso confundir necesidad con interés. Un colectivo puede expresar un discurso interesado y si el técnico no cuenta con elementos suficientes de contraste de ese discurso puede convertirse en un elemento que distorsiona la acción.Las necesidades expresadas por parte de un colectivo se convierten en centro de interés que nos ayudan como puerta de entrada al trabajo con ese grupo humano pero no puede ser nunca criterio para dar alcance y profundidad a la acción de los técnicos. A menudo las necesidades se convierten en el eje de los denominados "análisis de la realidad" previos a cualquier proyecto.
Esas necesidades que el técnico busca detectar, sin embargo, deberían ser contrastadas y valoradas con los recursos que se disponen para acometer el proyecto, con la voluntad política del sentido del proyecto y sobre todo con una visión global del trabajo con jóvenes o con cualquier colectivo.Por ello los técnicos de juventud deben saber que parte de su trabajo debe ser basado en la planificación operativa a partir de necesidades de los colectivos con los que trabajan y que deben estar suficientemente contrastadas. Pero deben hacer un esfuerzo para definir una intervención cada vez más estratégica, orientada por los objetivos a alcanzar. De lo contrario, lo más habitual es incurrir en una especie de activismo que nos hará tener la sensación de estar siempre empezando de nuevo.

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