La deslocalización empresarial

En los últimos años una terrible palabra ha vuelto a hacer furor en nuestras modernas sociedades: la deslocalización. Por deslocalización entendemos el proceso mediante el que una empresa cierra una planta d producción en un lugar determinado y la traslada a otro territorio donde encuentra más ventajas competitivas. Este hecho genera, además del consabido desasosiego e inquietud de los trabajadores problemas para las industrias auxiliares que se localizaron en un lugar para proveer de servicios a la actividad principal.

Normalmente son las actividades que tienen un uso más intensivo de mano de obra las que tienden a deslocalizarse aprovechando las ventajas del precio de este servicio, por ejemplo el sector del tele marketing se calcula que perderá en los próximos meses 15.000 puestos de trabajo.

Sin embargo hay quienes piensan que la deslocalización fomenta la competitividad empresarial. Las presiones competitivas externas llevarían a que las empresas centren la producción cada vez más en actividades de alto valor añadido.

El fenómeno de las ayudas y subvenciones tampoco ayuda mucho a mejorar esta situación en la que una empresa recibe incentivos para ubicarse en un determinado lugar y cuando deja de recibirlos se traslada a otro. Es un problema serio el que se plantea.

En el desarrollo de los pequeños territorios es necesario apostar por actividades económicas que no se puedan deslocalizar tan fácilmente y para ello hay que partir de una reflexión profunda sobre los recursos propios y como estrategia la de fomentar la aparición de un tejido productivo local asociado que permita no solo proveer de servicios sino también aprovechar el aprendizaje de las tecnologías y recursos necesarios en el grupo de trabajadores para que puedan mejorar su cualificación y tener la posibilidad de diversificar sus actividades productivas.