sábado, 7 de diciembre de 2013

El contacto y el seguidor digital

Durante mucho tiempo los manuales de recursos humanos han insistido en la necesidad de generar y promover la participación de los empleados en determinados ámbitos de la empresa. En los procesos de intervención social la participación de los ciudadanos en los proyectos ha sido el vademecum para promover su empoderamiento y, la solución de los problemas. En estos casos siempre hemos hablado de la participación como hecho social que se producía en el mismo espacio-tiempo y que todos los que intervienen se pueden mirar a los ojos e interactuar físicamente.

Uno de los fenómenos de la extensión de la tecnología a todos los aspectos de la vida social es un cambio en las maneras de relacionarse y, por supuesto de participar. Se han estudiado por parte de muchos profesionales que una persona tiene una cantidad limitada de contactos durante su vida. Una persona que vive en una ciudad, tiene un trabajo y una vida social normal puede tener unas 150 personas con las que interactúa y que esto permanece constante durante toda su vida. En 1992, Dunbar, antropólogo de la University College de Londres, ha indicado tras varios estudios que el número límite se encontraba en 147,8, más o menos 150 personas que se le suele denominar como el número de Dumbar.

En las redes sociales el número de contactos parece incrementarse a cifras espectaculares. el concepto es de "contacto". Quizá deberíamos diferenciar el concepto contacto del número de Durban. Este último habla de interactuar con la otra persona y que la capacidad humana es limitada en este sentido a unas cifras. En las redes el contacto es simplemente una voluntad de interactuar entre dos personas. Pero claro, cada vez más puede que no conozcamos a esa persona y que solo tengamos una necesidad de interactuar a través del nuevo medio de comunicación digital. Se trata por tanto de una relación difusa la que se establece. Dumbar habla de relaciones basadas en la reciprocidad, confianza y obligación. En las redes sociales no creo que se pueda ir más allá de una simple reciprocidad, en un principio, claro es que sin descartar mayores o menores avances en la relación.

La red ha fabricado complejos gestores de relaciones múltiples, CRM,s y ha disparado la posibilidad de inciar contactos con muchas personas a las que ni siquiera veremos un día cerca nuestra por vivir lejos. Se han diseñado grandes programas de gestión de información que parece que nos están llevando de nuevo a aquel concepto que se desarrolló en la sociedad de los años 30 que fue el concepto de "masa".

Los "seguidores" nos sitúan también en otro elemento de reflexión. El seguidor es una persona que va a recibir información periódica de otra y que puede llegar incluso a interactuar con esta persona. Es un modelo generado entre los famosos que miden el impacto de su trabajo en el número de seguidores y que se ha convertido en un instrumento de mercadotecnia de primer orden. Mientras que con el "contacto" hay una cierta igualdad entre los dos polos, en los "seguidores" la relación basicamente es más unidireccional y prevalece un extremo de la relación frente a otro.

Desde luego hay una evidencia clara: no por tener muchos amigos y/o seguidores se es una persona más sociable ni con más amigos en el sentido definido por Durban. las redes sociales parecen empeñadas en crear otra "realidad" diferente y los ciudadanos corremos el peligro de confundir los planos de nuestra realidad.

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