A veces las ramas no nos dejan ver el bosque. La tecnología está enmascarando el verdadero sentido del aprendizaje, pero mucho me temo que este es un debate que ha estado y estará presente durante mucho tiempo en estos foros.
Yo encuentro que centrando el debate en esta relación tecnología-aprendizaje ocultamos la verdadera tragedia del elearning las facultades y escuelas de negocio no enseñan a trabajar este proceso.
En mi caso, que procedo del mundo de la animación sociocultural y la educación social hemos tenido la vivencia de este proceso por trabajarlo de forma presencial. Nos encerrábamos con grupos de técnicos y/o voluntarios de diferentes temas y analizábamos nuestra práctica para poder mejorarla. Esto chocaba con las estructuras en las que a veces los técnicos debían desarrollar su trabajo pero se lograba un compromiso del profesional en la mejora permanente de su práctica.
Cuando empezó a llegar la tecnología vimos que el impacto en los procesos de elaboración colectiva de conocimiento iba a ser poderoso, pero tendríamos que adaptarnos a las nuevas condiciones. Uno de los aspectos más importantes era la ruptura sincronía/asíncronia que nos ocasionaba dificultades y ventajas complementarias. Pero nos debilitó otro aspecto y es que con este método se perdía buena parte del "compromiso" del técnico llevado quizá por las urgencias del propio sistema de trabajo en el que estamos insertos (hay quién considera que la falta de compromiso es un signo de nuestro tiempo).
Hemos visto llegar oleadas de profesionales, técnicos y empresas e instituciones a la "moda". Cada uno ha volcado sobre las herramientas lo que sabía hacer y han surgido muchos tipos de elearning (que un día podríamos inventariar) según la experiencia y vivencia de cada cual.
En este sector algo ha cambiado, claro, en el aspecto tecnológico seguirá haciéndolo. Pero hay que trabajar los aspectos metodológicos y en esto serán claves las buenas prácticas, el trabajo de reflexión conjunto de los profesionales y el intercambio de ideas y experiencias.
Pero quiero alertar que junto a la moda hay otro peligro: la mistificación del elearning y que el predominio de una visión intencionada del elearning enmascare y oculte a las demás.
Yo encuentro que centrando el debate en esta relación tecnología-aprendizaje ocultamos la verdadera tragedia del elearning las facultades y escuelas de negocio no enseñan a trabajar este proceso.
En mi caso, que procedo del mundo de la animación sociocultural y la educación social hemos tenido la vivencia de este proceso por trabajarlo de forma presencial. Nos encerrábamos con grupos de técnicos y/o voluntarios de diferentes temas y analizábamos nuestra práctica para poder mejorarla. Esto chocaba con las estructuras en las que a veces los técnicos debían desarrollar su trabajo pero se lograba un compromiso del profesional en la mejora permanente de su práctica.
Cuando empezó a llegar la tecnología vimos que el impacto en los procesos de elaboración colectiva de conocimiento iba a ser poderoso, pero tendríamos que adaptarnos a las nuevas condiciones. Uno de los aspectos más importantes era la ruptura sincronía/asíncronia que nos ocasionaba dificultades y ventajas complementarias. Pero nos debilitó otro aspecto y es que con este método se perdía buena parte del "compromiso" del técnico llevado quizá por las urgencias del propio sistema de trabajo en el que estamos insertos (hay quién considera que la falta de compromiso es un signo de nuestro tiempo).
Hemos visto llegar oleadas de profesionales, técnicos y empresas e instituciones a la "moda". Cada uno ha volcado sobre las herramientas lo que sabía hacer y han surgido muchos tipos de elearning (que un día podríamos inventariar) según la experiencia y vivencia de cada cual.
En este sector algo ha cambiado, claro, en el aspecto tecnológico seguirá haciéndolo. Pero hay que trabajar los aspectos metodológicos y en esto serán claves las buenas prácticas, el trabajo de reflexión conjunto de los profesionales y el intercambio de ideas y experiencias.
Pero quiero alertar que junto a la moda hay otro peligro: la mistificación del elearning y que el predominio de una visión intencionada del elearning enmascare y oculte a las demás.
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