viernes, 6 de enero de 2012

Empresa y sostenibilidad

En estos días de la festividad navideña que todo anda a medio gas he podido terminar un libro de marcos Eguiguren y Esteban Barroso Empresa 3.0. Políticas y valores corporativos en una cultura empresarial sostenible (Ed. Pirámide 2011). 

La lectura se hace amena por la estructura propuesta por los autores. Es un ingenioso repaso a las principales corrientes económicas y su relación con el concepto de sostenibilidad y una prognosis hacia el futuro realizada con cierta elegancia. Es reiterada una cita de Paul Valery por parte de los autores "El problema de nuestros tiempos es que el futuro ya no es lo que era"  como si alguna vez el futuro hubiera sido algo fijo y no cambiante. Los modelos de futuro que proyectan las sociedades siempre han sido dinámicos, se han ajustado a las expectativas de cada grupo social en cada momento concreto. El futuro de hace 200 años que imaginó un ciudadano no es el mismo  que imaginó otro ciudadano hace cincuenta años o hace siquiera dos horas.

Las empresas 3.0, en la definición de los autores, es cierto que deberá tener como finalidad la satisfacción de las necesidades racionales de la sociedad proveyéndola de productos y servicios y coloca en primera línea la idea de la relación entre desarrollo social y empresa. Alinear estos dos conceptos, objetivos de la empresa y su contribución al desarrollo social empieza a ser un signo distintivo de la nueva empresa. Las empresas como organizaciones no pueden sustraerse al contexto socioecónomico y cultural en el que actúan, por muy global que sea este contexto. Es cierto que cada vez más la legislación avanza para que las empresas se acomoden a las nuevas realidades: igualdad de género, sensibilización con el medio ambiente, prevención de riesgos laborales etc. que pretenden que el seno de las organizaciones empresariales se adapten las prácticas a las nuevas situaciones.

Sin embargo habría que reflexionar sobre otro argumento que creo interesante de estos autores, y es que la empresa debe contribuir con un comportamiento solidario y responsable con el resto de la sociedad y medio ambiente, buscando un progreso que equilibre el crecimiento con la distribución de la riqueza. Está bien que las empresas fijen estos objetivos y trabajen por ellos, pero esa misma reflexión debería hacerse a la inversa si se pretende una verdadera implicación de la empresa en este proyecto.  Y el argumento es que desde la sociedad se debería reconocer el papel de las empresas, el papel que cumplen hacia el desarrollo social, no tan solo la creación de empleo, sino su contribución a elevar el bienestar y la calidad de vida de los ciudadanos.  Para ello, por ejemplo, las administraciones deberían establecer unas reglas del juego que permitieran a las empresas prestar sus servicios pero también que se sean reconocidos en su contribución a la sociedad. Si hay empresas que se esfuerzan por hacer coches más seguros, aviones más cómodos, alumnos con más rendimiento etc. se deberían articular los mecanismos para ello. De este modo se señalaría el camino a todas las demás. Si se establecen para todas las actividades económicas unas reglas del juego justas y un criterio de calidad, la sociedad debería reconocer e incentivar estos esfuerzos.

De este modo el libro desgrana multitud de facetas de esa nueva empresa 3.0. Como conclusión la idea que me queda es que la empresa es algo dinámico, en progresión constante, como la sociedad. Pero si la empresa debe procurar alinearse con los valores imperantes en cada momento, ahora el de la sostenibilidad, la sociedad debe articular también los procedimientos para que se reconozca su trabajo. A veces un reconocimiento es más útil que una subvención.

Por lo demás, libro entretenido, bien estructurado y narrado. Muy recomendable para buscar nuevos espacios. Te hace reflexionar.


2 comentarios:

  1. El concepto 3.0 me hace pensar en internet, no en sostenibilidad, no lo había mirado así. Creí que un producto de una empresa 3.0 tendría una etiqueta que nos permitiera conectar con internet desde ese producto. Sigo pensando que para que haya sostenibilidad en la empresa, debe haber inversión social, inversión en esa comunidad, o en el cotexto. Gracias por tu recomendación Pedro.

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  2. Yo también tenía la misma intuición que tú sobre el concepto de 3.0. En este libro, sin embargo, le dan un enfoque novedoso. Estoy de acuerdo contigo en que para que haya sostenibilidad no se puede desligar del contexto social, ese es nuestro reto en los próximos años. Gracias por tu comentario.

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