El antropólogo y la empresa

En el debate del papel de los profesionales en la empresa suelo ser muy crítico con mi profesión, la antropología. Hay quien parte de la teoría del desconocimiento del oficio del antropólogo por parte de los gestores empresariales. En primer lugar hay una distancia abismal entre el mundo académico y el mundo empresarial, entre los programas de estudio de la antropología y las habilidades necesarias para la gestión empresarial. Incluso por ser muy explícito en muchos casos detecto que hay como una sobrevaloración del academicismo y un menosprecio del trabajo en las empresas. Ese es el punto de partida de mi reflexión.

Sabemos hacer tantas cosas que finalmente no hacemos nada. Para la capacitación hay pedagogos, las investigaciones no se hacen desde las empresas ya que cuestan dinero y tiempo y el análisis de los comportamientos sociales se los dejamos a psicólogos y especialistas de marketing o la gestión de la calidad a los ingenieros por ejemplo.

El problema, a mi juicio, no es que seamos unos grandes desconocidos para los demás profesionales, sino que no hemos sido capaces de generar un espacio, un discurso propio con el que poder abordar determinados procesos que tienen lugar dentro de las empresas.

Por ejemplo, los procedimientos de calidad, la prevención de riesgos, la implantación de planes de igualdad, la seguridad e higiene en el trabajo por ejemplo, son ámbitos para los profesionales de las ciencias sociales, pero claro, un antropólogo donde debe de estar es haciendo vida académica o entre una tribu amazónica haciendo etnografía.