viernes, 11 de septiembre de 2009

El homo economicus que cambió su casa por la primula veris

Una vez reincorporado a la vida laboral tras el paréntesis veraniego me gustaría plasmar algunas ideas que se desprenden de la lectura, placentera lectura bajo el influjo del frescor de los pirineos navarros, del libro de Trias de Bes El Hombre que cambió su casa por un tulipán, editado por Temas de Hoy.
Es un libro que te cautiva desde sus primeras páginas, narrado con una facilidad y una sencillez francamente encomiable. La primera parte nos presenta algunas de las burbujas económicas más célebres y hace un ejercicio de comparación entre las mismas en la segunda parte. Vaya por delante que por lo que desarrolla en el libro me parece un trabajo interesante, claro y sobre todo, ameno en un tema tan árido como es la economía.
En definitiva, es un excelente trabajo sobre el homo economicus, concepto que ya utilizó en los Adam Smith a finales del siglo XVIII para intentar modelizar el imprevisible comportamiento humano. En un primer momento se creyó que ese mismo comportamiento económico sería un comportamiento racional ante los estímulos económicos. Algo que ya sabemos que no es así. Eso es una de las principales dificultades que podemos encontrar en el trabajo de Trias, auqnue hay pasajes en los que el mismo lo reconoce.
Trías utiliza la figura del síndrome del necio para definir o parametrizar esta idea de comportamiento ante situaciones de especulación económica y financiera. Un síndrome es un conjunto significativo de síntomas y signos que concurren en tiempo y forma y de forma común. Trias ha sido capaz de identificar los síntomas y signos, aunque la verdadera dificultad es ser capaz de reconocer el síndrome del necio.
Es paradójico el concepto de necio "ignorante de algo que debía saber o podía haber sabido" según la RAE. Y digo paradójico porque en un mundo globalizado, con sobreexceso de canales de información, expertos cualificados en cualquier rama o rincón del saber, recursos más que suficientes para poder detectar todo lo humanamente posible venido y por venir, sea la ignorancia la que sobrepasa y puede con el homo economicus.
Trias ha escrito un excelente libro sobre el que poder reflexionar y ha hecho una vez más bueno el dicho que un economista es aquel que predice el pasado. En este caso el pasado nos debe servir para anticiparnos al futuro

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