La tecnificación de las pequeñas empresas

En los tiempos que corren la tecnología ha ocupado un lugar importante en todos los procesos humanos, liberándonos de pesadas cargas, pero introduciendo cambios significativos y nuevas necesidades en los procesos productivos de las empresas. Esta oleada de tecnificación afecta a todos los ámbitos de la gestión: comercialización, producción, ventas, recursos humanos calidad etc. Las telecomunicaciones y las herramientas de gestión están soportadas actualmente sobre unas importantes bases y requisitos tecnológicos.

Este continuo y permanente avance en el desarrollo tenológico es contradictorio, porque hace grandes a empresas pequeñas que logran adaptarse en condiciones competitivas a las nuevas condiciones, y hace pequeñas a otras empresas que pierden mucho valor añadido en los mercados globales al perder capacidad de respuesta.

En una economía global y sobre potentes cimientos tecnológicos, con entornos cambiantes a velocidades de crucero, con exigencias cada vez más depuradas en la utilización de herramientas y aplicaciones se corre el peligro de que se produzca un efecto paradójico, que por un lado las transformaciones viajen más velozmente que la capacidad del tejido productivo y humano para absorberlas con lo que los proveedores y empresas de investigación y desarrollo van a estar creando una especie de “burbuja” ficticia inalcanzable para las implantaciones empresariales con el consiguiente problema para empresas que van a generar tecnología no aplicable.

Esta tecnología suele además ser inalcanzable para las pequeñas empresas por su precio y requisitos de implantación además, del peligro de la obsolescencia a la que quedan sujetos los productos tecnológicos. Esto puede provocar el desinterés de los pequeños empresarios por situarse en el proceso de implantar sistemas tecnológicos a los procesos productivos.

El efecto paradójico del que hablábamos es que mientras se avanza en el desarrollo y la innovación tecnológica hasta cotas inimaginables las pequeñas empresas y emprendedores no encuentren en ese escenario la suficiente motivación ni atractivo para reflexionar sobre el papel de la tecnología en su proyecto de negocio.

Por tanto es necesario una reflexión urgente sobre esta situación y pensar en la adaptación de las tecnologías a los entornos microempresariales. Acercar la información a las empresas, formar a los directivos y trabajadores, clarificar los entornos tecnológicos etc Todas estas acciones van a facilitar procesos de adaptación que no incurran en la aparición de una brecha digital que pueda convertirse en insalvable. La tecnología precisa convertirse en accesible y entendible. Esta reflexión queda para todos y todas