domingo, 20 de febrero de 2011

Tiempos de altricialidad ¿O la incertidumbre hecha certeza?

A pocos seres humanos se les escapa que estamos viviendo en tiempos de incertidumbre. Claro que otros dirán que la vida de nuestra especie no es más que una eterna falta de conocimiento seguro y claro de algo. Pero parece que en estos tiempos de crisis la sensación mayoritaria es la de que somos especialmente vulnerables y nuestra situación puede empeorar en cualquier momento.

El profesor Bermúdez de Castro, co-director de las excavaciones del yacimiento de Atapuerca define una de las características de la estrategia evolutiva humana: la altricialidad. Por este nombre debemos entender el escaso desarrollo neuromotriz con que nacen nuestros niños al nacer. Los bebés humanos apensa se mueven al nacer y no es hasta algunos meses de vida extrauterina que no se empiezan a generalizarse. Hasta algún tiempo después no empezará a gatear y con, al menos un año, no empezará a ser bípedo. Esto supone que los padres deben prodigar muchos cuidados largos y costosos a estos recién nacidos hasta que puedan empezar a valerse por sí mismos que en nuestras modernas sociedades pueden durar muchos años.

La palabra se deriva de la raíz latina alere significando “cuidar, a la parte posterior, o alimentar” y refiere a la necesidad de jóvenes de ser alimentado y cuidado tomado para de una duración larga. En el lado opuesto del espectro está el precocial que son las espcies que en el momento de su nacimiento en los cuales los jóvenes tienen ojos abiertos, tienen pelo, los cerebros grandes y pueden moverse y desplazarse para defenderse contra los depredadores.

Además de la altricialidad como proceso psico-físico, podríamos hablar de la altricialidad social como el proceso mediante el que se estructura y organiza una sociedad para derivar recursos que puedan atender a uno de los grupos sociales más desvalidos y que nos preocupan: los jóvenes. El sistema educativo es denostado como incapaz de formarlos, el mundo laboral no puede absorber esta cantidad de personas que no encuentran acomodo laboral, las familias sobre protegiendo las actitudes y comportamientos conflictivos de los más inadaptados, los grupos de iguales que pasan de la inacción a la confrontación etc.

Esta altricialidad social genera procesos de dependencia de los elementos más jóvenes de la sociedad  y por tanto actitudes y comportamientos adaptativos perfectamente estudiados por las ciencias sociales que no siempre son normalizados.

Estos procesos que se prolongan en el tiempo y afectan de forma directa al modo de desarrollo del proyecto vital de los jóvenes tuvieron en Francia en mayo del 68 una respuesta directa. El fin de un ciclo económico de prosperidad, el aumento del desempleo y la crisis social provocó un protagonismo social de los jóvenes enfrentados al sistema aliados a los sindicatos y partidos de izquierda.

Y en el mundo árabe ¿no estaremos asistiendo a un proceso similar? Los jóvenes, tras años de desesperanza, represión y estar abocados a la emigración han estallado en Túnez y arrastrado a otros colectivos sociales, al igual que en Egipto y todo el mundo árabe.

Ser joven se está convirtiendo en una dificultad. ¿Estarán tomando el protagonismo ante una situación compleja y de mal gobierno? El tiempo nos lo dirá. Mientras tanto, nosotros con la incertidumbre.

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