Nos debemos a la palabra. El Agua de las emociones

El Agua de las Emociones es el primer libro de mi buen amigo José Luis Fuentes. Hace años que conozco a José Luis. Nos conocimos cuando ambos trabajábamos como formadores y hemos compartido muchos proyectos, batallas y alegrías.

Aún recuerdo cuando, hace relativamente poco tiempo, me llamó una mañana y me empezó a contar que se estaba marcando nuevos horizontes, nuevos retos y mientras me los contaba fui cerciorándome de la firmeza de su propósito y de la solidez de su ánimo. Se estuvo formando como coaching y profundizando en un ámbito muy novedoso, él me hablaba de talento, de liderazgo, de desarrollo de habilidades y emociones. José Luis viene investigando desde hace mucho tiempo en el papel que las emociones desempeñan en el autodescubrimiento personal, por cierto, se me antoja la mayor aventura que uno puede emprender en estos tiempos. Mediante la indagación, la reflexión y la comunicación con uno mismo se inicia la búsqueda de nuestra verdad. Y para ello nos debemos a la palabra.

El método que el autor nos propone es relativamente sencillo: leer, dejar caer unos textos en el silencio de cada uno y degustarlos. Es como una buena comida que nos alimenta, en este caso, el espíritu. Es una carga de profundidad que desata emociones que terminan en ideas, de emociones que nos rescatan y emociones que se convierten en impulso.

Este es el gran secreto de José Luis pero que solo descubren los más avezados, que las emociones se convertirán en el motor de nuestra búsqueda, de nuestra vida. No podemos pensar en una vida sin emociones, sin sentimientos. Esta es la verdad última que al mismo tiempo se convierte en verdad primigenia.

En cuanto al estilo, José Luis escribe como es y es como escribe: intenso, reflexivo y auténtico. Lo conozco hace años. Nos propone palabras que tienen olor y sentido, nos describe aromas e ideas, sensaciones reales y las mezcla con reflexiones que van  produciendo textos muy dinámicos, de una claridad asombrosa y una profundidad llena de paz porque él sabe lo que quiere transmitir.

Por ponerle un comentario crítico a este libro y a su autor tan solo me quedaría decir que lo verdaderamente incomprensible y que jamás le perdonaría es que dejase de escribir, de investigar, de profundizar con la mirada que lo hace. Quiero que este libro sea el inicio de otro, y de otro, porque José Luis, ahora más que nunca, ya te debes a la palabra.