¿España suspende en formación?

El pasado 29 de Junio se hacía saber a la opinión pública un informe elaborado por una empresa española sobre el elearning y la formación continua en España con un llamativo titular: España suspende en calidad de la formación.

En las conclusiones del informe se confirma el avanzado interés de los trabajadores por acceder a la formación continua y adquirir nuevas competencias. El contraste es que está muy por delante de la preocupación de las propias empresas a pesar de poder acceder estas a importantes recursos que podrían repercutir en una mejora de la cualificación de sus empleados.

Es interesante el dato de que son los trabajadores españoles los que más consumen formación a través del elearning frente a sus homólogos europeos. Pero suspenden la valoración de la calidad de esta formación a causa del poco uso de las herramientas virtuales: podcast, blogs, wikis etc.

Evidentemente el uso de herramientas por si sola, sin estar insertas en un modelo o estrategia didáctica carecería de valor y tan solo nos llevaría a aumentar las dosis de la tecnomagia a la que tan dado hemos sido durante algunos años, dandole primacía al soporte frente al contenido. Pero este suspenso en calidad hay que valorarlo dentro de un contexto de desarrollo del elearning en España en los últimos diez años. El elearning en España ha sido la evolución lógica de la enseñanza a distancia. El importante ahorro de costes que las empresas e instituciones han experiementado supuso una mera traslación de la enseñanza a los nuevos soportes. En las incipientes plataformas se "colgaban" los contenidos, se les añadía unos ejercicios y por medio del correo electrónico se establecía la relación cliente-tutor para los procesos de aprendizaje.

Cuando este modelo se consolidó se empezaron a intensificar las campañas de marketing en la red y muchísimas empresas e instituciones realizaron cambios en sus estrategias comerciales abandonando los caros envíos postales y sustituyéndolos por el envío de camapañas por internet.

Este proceso no afectó a los modelos didácticos y pedagógicos que simplemente se adaptaron a los nuevos soportes sin incluir renovación ni innovación alguna. Siplemente era una repetición de los modelos clásicos con los nuevos soportes. Fueron apareciendo desarrollos tecnológicos que hasta que no se fueron consolidando comercialmente no han tenido su eco dentro del elearning: los blogs, los podcast, serius game, mobile elearning etc. Esto va ocasionando que el uso educativo de estas herramientas vaya siendo paulatino y progresivo.

Pero por otro lado la falta de regulación del sector elearning ha permitido la irrupción en el ámbito educativo de instituciones y agentes provenientes de otros sectores y actividades económicas que al amparo del nuevo negocio, cuantiosas subvenciones y poca regulación han realizado procesos de elearning difíciles y poco entendibles.

Este es el caso de los sindicatos, que han ido en los últimos años recibiendo un trato de favor por parte de las administraciones públicas a tenor de las copiosas subvenciones en materia de formación que han recibido y que están fuera de su cometido tradicional, las empresas públicas que han ido copando el mercado desplazando a las empresas privadas y teniendo una influencia decisiva en el poco desarrollo de un tejido de empresas  generadora de empleo y las confederaciones empresariales y cámaras de comercio que recaudan buenas cantidades por ejercer acciones formativas y que, en vez de permitir a sus asociados el acceso a los recursos crean verdaderas estructuras de personal paralelas que vuelven a repercutir de forma negativa en el desarrollo de un verdadero tejido económico dinámico y eficaz.


Así que el desarrollo histórico del "elearnign" en España, muy al socaire de los desarrollos tecnológicos y la emergencia en este sector de agentes que impiden el desarrollo del sector, junto a la escasa regulación del sector  deben ayudar a explicar porque España suspende el calidad.


Actualmente y en mi opinión la calidad del elearning está en las empresas que viven de ofrecer un buen servicio, de calidad y continuado a sus clientes. Cuando una empresa vive de su trabajo y no de subvenciones o de arrimones al poder establecido es capaz de dar calidad, dar credibilidad a sus clientes y lo que es más importante, crear empleo.